La presencia de Txintxu (Txintxurreta), Iñigo Odriozola, en el sector de la gastronomía dulce, es un producto genuino de la reconversión, voluntaria en este caso, de la refundación personal y profesional.
Con formación universitaria y directivo de empresa en la cresta de la ola, decidió cambiar el estrés y la sofisticación inherentes a su profesión por la autenticidad del obrador artesanal de la pastelería y el cálido afecto de la familia y del cliente directo. Con la dulzura, la autenticidad, la calidez y el afecto ha aprendido a amasar un producto acorde con la cultura de la calidad y la excelencia, heredada de su oficio directivo anterior en el mundo de la empresa industrial.